jueves, 6 de febrero de 2014

59-Los mil seguidores.

Una vez que dejó a sus discípulos, Siddartha partió rumbo a Uruvilva o Uruvela para emprender una de las etapas más importantes de su vida como maestro. Entre los fieles que se le sumaron en esta ciudad, hubo numerosos seguidores tan fervorosos como influyentes, quienes luego contribuyeron de manera notable al crecimiento de la Orden budista. Entre ellos, Bimbisara; rey de Magadha, y discípulos tan eminentes como Shariputra, Maudgalyayana, Mahakashyapa y los tres hermanos del clan Kashyapa.
Uno de los más curiosos relatos se refiere a la conversión de treinta jóvenes parejas que cruzó en su camino hacia la mencionada ciudad. El mismo grupo del que la prostituta había huido con las posesiones de un joven, y todo el grupo se había lanzado en busca de la muchacha.
Ni Yashas ni estas treinta jóvenes parejas respondían al perfil de individuo que opta por la vida religiosa a falta de un mejor medio de subsistencia. Ellos, como muchos otros de los seguidores de Siddartha, provenían de una clase económica e intelectualmente aventajada, por sobre la media de la población.
Después de llegar a Uruvilva, su destino, se dice que Siddartha quiso debatir con los seguidores del brahmanismo, en especial con los prestigiosos hermanos Kashyapa, que pertenecían a la escuela Jatila de ascetismo brahmánico. Estos hermanos llamados Uruvela, Nadi y Gaya Kashyapa, llevaban el cabello trenzado a la usanza de los brahmanes, realizaban diversas ceremonias rituales y gozaban de gran ascendiente en la región; se decía que el primero tenia quinientos discípulos; trescientos el segundo, y doscientos el ultimo.
Si realmente eran personas tan influyentes, es probable que Siddartha ya hubiese oído hablar de ellos con anterioridad, años atrás, la primera vez que fue a Uruvilva y se interno en el bosque para emprender sus prácticas ascéticas. Pero como aquellos veneraban a Agni, el dios brahmán del fuego, es probable que Siddartha hubiese descartado las enseñanzas de esos tres hermanos por considerarlas inadecuadas para su búsqueda de la verdad, y que por esta razón no hubiera querido sumarse a su grupo de discípulos.
Sin embargo, tiempo después, ya en su condición de Iluminado, deseo confrontarlos y refutar sus doctrinas desde el punto de vista de la enseñanza budista.
La controversia sirvió para que el mayor de los hermanos, Uruvela Kashyapa, se diera cuenta de que las enseñanzas del Buda eran correctas. Sin embargo, no hizo nada para aceptarlas. Tenía muchos discípulos, y admitir que había sido superado por Siddartha significaría una perdida de prestigio. Por eso, asumió una actitud altiva y grosera.
Pero Siddartha continuó predicando con cortesía y claridad, en un tono confiado y sincero. A medida que el dialogo avanzaba, Uruvela Kashyapa se sentía cada vez más deslumbrado por el carácter y la personalidad de Siddartha. Se daba cuenta de la diferencia con la propia conducta, en la que resaltaba su vil inquietud por la posición y la apariencia. Finalmente, prometió convertirse en discípulo de Siddartha.
Había triunfado la calidad humana. Transmitir las enseñanzas del Budismo involucra algo más que un debate teórico. Es un compromiso de vida a vida.
Y una vez más, Siddartha dio muestras de su consideración. Pensó en los discípulos de Uruvela Kashyapa, y dijo:
-Usted es el líder de quinientos seguidores. Debe transmitirles sus sentimientos y permitirles que decidan.-
Las escrituras narran de manera muy animada y emocionante la confrontación entre Siddartha y los hermanos Kashyapa. Sabemos que Siddartha, en primer lugar, se dispuso a convertir a Uruvela Kashyapa, el mayor y más influyente de los tres, y que para eso acudió a visitarlo a su hogar. Siddartha le solicito sinceramente permiso para pasar la noche en el Salón del Fuego Sagrado, que se hallaba bajo custodia de los Kashyapa. Le advirtieron que el recinto estaba habitado por una peligrosa serpiente que, sin duda, intentara atacarlo. Pero Siddartha se obstino en su solicitud, y finalmente, obtuvo permiso para pernoctar en el lugar. Tal como le habían advertido, la serpiente ponzoñosa salió de su escondite e intento morderlo, pero Siddartha exhibió ante ella una actitud tan serena, compasiva y bondadosa, que aplaco al ofidio.
A la mañana siguiente, Uruvela Kashyapa se enteró de lo sucedido y, naturalmente, se mostró muy impresionado por la hazaña de Siddartha. Pero, a la vez, reafirmo que sus propios poderes y conquistas superaban holgadamente los de aquel. Entonces, Siddartha llevo a cabo otros actos de tenor milagroso y desplegó diversas facultades superiores hasta que, finalmente, convenció al maestro brahmán y este reconoció su derrota.
Uruvela Kashyapa conversó largamente con sus discípulos. Les transmitió lo que Siddartha le había enseñado, y los quinientos decidieron convertirse en seguidores del Buda. En un acto voluntario, se desprendieron de todos los objetos rituales del brahmanismo y los arrojaron al río. Además, los dos hermanos menores, enterados de que el mayor se había unido a Siddartha, también se convirtieron a sus enseñanzas e ingresaron en la comunidad budista junto con todos sus discípulos. De golpe, el número de seguidores había crecido en más de mil.

Junto continuaron la marcha hacia Rajagriha.